Estamos en agosto (vale, casi), y apetece hablar de temas que ayuden desconectar, a relajarse. Hace unos días tomando un café con unos compañeros de trabajo, salió un tema de lo más interesante. Tengo que reconocer que ni habría pensado en este post de no haber tenido esa conversación. Hablando del éxito que están teniendo algunos productos turísticos en nuestra comunidad como es el caso de la “Camelia, flor de Galicia” llegamos a la conclusión de que se podrían hacer otros productos turísticos similares con flores/árboles que ya tenemos, sin apenas inversión económica. Se trata de aprovechar lo que ya existe. Me explico.
En Galicia tenemos otras flores que incluso pueden llegar a ser “invasivas” que bien se podrían aprovechar turísticamente. De hecho, en otros países ya lo están haciendo. Por ejemplo, las hortensias en las Islas Azores, las están usando como reclamo turístico. Hace unos meses precisamente se publicaba un artículo en Ocho Leguas, sobre las hortensias en las Islas Azores, concretamente en Faial: “Volcanes, hortensias e imperios”.
Otro caso más claro aún, es el caso del pueblo francés Bormes-Les-Mimosas; como su nombre indica, este pueblo se identifica con las mimosas. Un pueblo que supo explotar y crear un producto turístico basado en las mimosas, llegando a usarlo como imagen y como su propio nombre. En el mes de febrero los turistas van explícitamente a ver las mimosas en flor; por supuesto existe toda una serie de merchandising basado en la mimosa como pueden ser productos de cosmética que se pueden vender durante todo el año.
Pues bien, no hace falta decir que en Galicia en el mes de febrero y marzo tenemos la comunidad plagada de mimosas. Y desde finales de mayo de hortensias, es decir, que no haría falta plantar nada… Tenemos que considerar además, que son meses de baja ocupación, estaríamos hablando de un producto turístico desestacionalizador. Generaríamos también una demanda importante, ya que posiblemente el público objetivo sería lo que intentamos precisamente atraer, el turista internacional. Y además estamos hablando de un turismo sostenible y respetuoso con el medio ambiente (cuestionable según me han informado).
Un árbol al que también podríamos sacarle partido turísticamente (en este momento más de uno me estarán tirando pedradas…) es el eucalipto tan odiado por todos y tan valorado por los turistas extranjeros… ¿Por qué? Principalmente por su aroma. Es fácil entrar en algún foro por ejemplo, del Camino de Santiago y leer los comentarios de algún peregrino que destaca el olor de los eucaliptos. ¿No os tiene pasado? Yo personalmente este sábado pasado, caminando por A Illa de Arousa, me ha pasado eso mismo que describen… De repente, nos paramos invadidas por un tremendo aroma… a eucalipto. Es el paseo de la foto que ilustra este post.
Mi reflexión es: si ya tenemos los eucaliptos (todo el año), las mimosas en invierno, y las hortensias en primavera… ¿No podríamos intentar crear un producto turístico similar al de la camelia? O simplemente decir, contar, informar que en Galicia tenemos hortensias y camelias (y eucaliptos). Desde mi punto de vista valdría la pena considerar seriamente su potencial. ¿O es que nosotros no valoramos lo suficiente las hortensias y las mimosas y pensamos erróneamente que las personas de fuera de Galicia tampoco sabrán apreciarlas? ¿Qué opináis?
Termino agradeciendo a Jorge Cornado por ser fuente de inspiración de este post. Gracias.